Aprender de nuestra historia

¿Cómo podemos generar intercambios que nos lleven a resultados constructivos en lugar de confrontar?
El refrán dice que “en la mesa no se habla de política, ni de religión, ni de fútbol”. Amigos, familiares, partidos políticos enemistados.
Escuché un fragmento de nuestra historia que me hizo reflexionar. La grandeza de San Martín se manifiesta no solo por su visión estratégica militar sino por su humanismo. San Martín habiendo efectuado la epopeya del cruce de los Andes, libertar a Chile y continuar la acción emancipadora en Perú recibió la orden del Directorio de suspender la misión y bajar a enfrentar a López en Santa Fé y Ramírez en Entre Ríos (1819). Las diferencias entre las Provincias y Buenos Aires desataron la anarquía y la guerra civil asolaba. San Martín rechazó la orden del Directorio y respondió de manera enérgica, “mi sable jamás sería desenvainado para combatir a mis compatriotas”. Su mensaje fue claro y contundente: sólo estaba dispuesto a luchar contra España para consolidar la independencia y no derramar la sangre de sus hermanos. La anarquía de ese momento histórico y el ejemplo de nuestro San Martín me llevó a reflexionar ¿Qué nos sucede en una conversación política entre amigos o familiares con diferentes opiniones? ¿Por qué se enfrentan los partidos con chicanas y críticas unos con otros en lugar de generar una conversación que lleve a mejor puerto? Las próximas columnas voy a estar desarrollando algunas ideas. Por un lado:

• ¿Qué pasa en nuestra mente cuando alguien tiene una idea diferente?
• Por otro lado, hay una teoría muy interesante del físico Bohm acerca de la comunicación superconductora y cómo los electrones aprenden a convivir sin chocarse. – Otro aspecto importante es la creación de un contexto conversacional constructivo ya que vamos a “tener la razón” o peor aún “convencer al otro. Lo iremos viendo en las siguientes columnas. Sin embargo, hoy, ahora ¿Qué podemos aprender de nuestra historia?