El valor profundo de cada candidato

Este contexto de campaña política observo enfrentamiento de ideas, discusiones. La columna pasada referí que estos intercambios son desde mi punto de vista estériles ya que se trata de convencer al otro.
¿Qué pasa en nuestra mente cuando a Pedro le gusta x candidato y a Daniel lo aborrece? La conversación comienza a acalorarse, uno quiere imponer sus argumentos al otro.
Un concepto que utilizo vino de la mano del libro “Mayonesa” que me regaló Alberto Levy – con quien tuve el gusto de trabajar y aprendí muchísimo. Compartíamos los enfoques sistémicos constructivistas construccionistas, aplicado al marketing, comportamiento organizacional y la psicología. Es un libro que siempre recomiendo. Relata la batalla competitiva por la generación de rentabilidad y valor económico en el mercado de las mayonesas entre tres empresas ficticias, pero el mecanismo es el mismo que en las reales. (Fouchet, Sunny y Dorada). El concepto nombrado en “Mayonesa” es el CONES que significa el conjunto esperado. Es el conjunto esperado de atributos que para cada persona tiene esa mayonesa. Las personas “construimos” una interpretación, le damos un significado a esa marca por lo cual decimos, ésta marca es buena, es mala, tiene mucho tenor graso o representa calidad, tradición o modernidad. Esa marca está constituida por atributos y valores. Lo mismo ocurre desde mi punto de vista con un candidato político. Es muy difícil “convencer” a alguien con explicaciones, levantadas de voz, argumentos ya que, en nuestro CONES, ese candidato tiene un significado profundo que conecta con valores. ¿Ese candidato en mi CONES, es honesto? ¿Es eficiente? ¿Es firme? ¿Es justo? Hay una lista grande de valores… La diferencia con la mayonesa, que, en la política, religión y hasta el fútbol, al tocar los valores toca la emoción de allí el apasionamiento en una conversación política. ¿Se entiende el valor profundo que representa cada candidato?