El robo

La semana pasada me robaron el celular. Y ésta columna es para advertir a las personas que van caminando por la calle usando el mismo sin advertir lo riesgoso que puede ser algo que debería ser tan natural y lo es en otros países. Cada vez que viene un extranjero le advierto “Mirá que acá no es como en tu país, no se puede ir hablando con el celular en la mano porque te lo roban”.
¡Qué increíble la forma en que vivimos! Y ni nos damos cuenta que salimos a la calle con semejante estado de alerta. Personalmente tengo mucho cuidado porque intento dejar el auto y caminar de la consultora a mi casa que son 6 cuadras. Para ello me preparo como si fuera a la guerra. Coloco el celular en la cintura en una riñonera que intento a su vez meterla dentro del pantalón. Saco los documentos y la billetera de la cartera y dejo implementos sin valor como cepillo para el pelo etc. Las llaves las reparto en los bolsillos. Y cada vez que tomo el auto debo recordar de meter en la cartera los documentos. Cuando voy caminando si una moto sube a la vereda cambio de cuadra. ¡Es increíble vivir así!
A pesar que tomo todos los recaudos salí caminando en pleno centro de Monte Grande porque no me imaginé que un día de semana a las 15 hs con un montón de transito iba a venir una moto de atrás, y… ¡Me sacó el celular con tanta facilidad! No sólo el valor del celular, sino tres días sin el mismo, intentando conseguir el chip, otro celular, cambiando claves etc.
Por suerte tengo que decir porque no me pasó nada. Supe de la terrible tragedia en Lanús con una niña de 12 años que luego agarraron a los tipos vendiendo el celular cambiándolo por paco. Un final terrible para esa familia.
Así vivimos en Argentina y es tan fácil evitarlo, pero está todo al revés en nuestro querido triste país.
Cada persona que iba caminando por la calle usando el celu, o estaba parada cerca del cordón o en la esquina les advertía…. “Me robaron el celular así como vos estás hablando”.