La incertidumbre

“Caminamos en la neblina del futuro incierto”
La incertidumbre es la falta de seguridad o de certeza sobre algo. Aparece cuando no tenemos control sobre la situación, nos faltan respuestas o información. Puede generar inquietud, inseguridad, estrés, ansiedad, miedo, parálisis. Los seres humanos somos controladores por naturaleza y necesitamos dar respuesta a ese vacío. Por ejemplo, si escuchamos un estruendo, y no sabemos que es, empezamos a largar interpretaciones “Es un trueno” “Es una bomba” “Son disparos” “Son fuegos artificiales”… Y así… No soportamos no saber qué es ese ruido. El desgaste se produce al pensar y pensar tratando de dar respuestas a esa incertidumbre.
¿Por qué da ansiedad la incertidumbre?
En mi opinión, imaginamos escenarios sin certeza y esa ambigüedad trae ansiedad. “La incertidumbre nos sumergen en un abismo de emociones donde el futuro se torna un enigma imposible de descifrar.”
¿Para qué puede ser valiosa la incertidumbre? Empuja a salir de nuestra caja y pensar alternativas que desde la zona de confort no hubieran sido posible. Nace la creatividad y la capacidad de reinventarnos.
¡Quizás por eso los argentinos somos tan creativos en el mundo! Vivimos en el cambio y la incertidumbre.
En la pareja la incertidumbre lleva al peor o al mejor final. “Entre tus ojos y los míos se teje un abismo de dudas y anhelos” Las parejas necesitan crear un futuro posible con proyectos.
¿Cómo lidiar con la incertidumbre? Hay que reconocer que no se puede controlar todo. Elegir objetivos cortos. Buscar información fidedigna. Y soltar el control. Creer que al pensar y pensar podemos controlar la situación es un pensamiento mágico.
Claro que sí es útil pensar alternativas, de allí nacen nuevos caminos, pero cuidando no desgastarnos o atormentarnos.
Recuerdo una frase en un momento de mi vida que necesitaba cuidar mi sistema inmunológico… “Suelta el control… El futuro nadie lo conoce… Vive el hoy …”