Un soñador sueña

No hay sueño que resista a una persona segura de sí misma, con convicción y que tenga la capacidad de vencer obstáculos. El sueño tiene pasión que es el vehículo para llegar aquello que aspiras. Y esta energía es la que hace que si caemos volvemos a levantarnos. No importa las veces que se cometen errores sino las veces que te vuelvas a parar y sigas con lo que soñás. Hay una frase que me encanta, le dice el aprendiz a su maestro japonés. “¿Maestro ud nunca pierde el equilibrio?” Y el maestro le responde – “Claro que si, todo el tiempo, pero vuelvo a pararme y sigo”. Hay una investigación de Robert Kriegel y Louis Patler, donde se investigaron durante 20 años a 1.500 personas con el fin de mostrar como la pasión marca la diferencia. Había dos grupos, A y B. En el grupo A: eligió la carrera que iba a seguir con el fin de hacer dinero. El grupo B: siguió la carrera por la que sentían pasión pensando que del dinero se ocuparían más adelante. El resultado veinte años después es que 101 de los 1500 encuestados se habían convertido en gente muy adinerada. De estos millonarios sólo uno era del grupo A (quienes siguieron la carrera con el fin de hacer dinero) o sea que las 100 personas que lograron hacerse millonarios fueron aquellas que siguieron su pasión.
Muchas veces el éxito viene de la forma más inesperada. Walt Disney decía: Mickey Mouse salió de mi mente en un dibujo que hice en tren de Manhattan a Hollywood, cuando la empresa de mi hermano Roy y mía estaba en el punto más bajo y el desastre parecía estar a la vuelta de la esquina”.
La cuestión es confiar en vos y soñar porque el sueño inyecta energía vibrante y un mar de posibilidades. Una vez le pregunto a una de mis maestras… Como se hace para vender… y me dijo “Mónica estar enamorada de tu producto contagia y compran tu entusiasmo!” Eso sí… Dedicación, esfuerzo, caerse, volver a levantarse y disfrutar soñar ese sueño. ¡La pasión permite que tu sueño se expanda!