Emociones violentas
- enero 8, 2024
- Publicado por: Consultora Monica Dreyer
- Categoría: Tendencia
El triste caso Tomás de Santa Teresita, permite reflexionar acerca de las emociones violentas. A veces lo explico un poco crudamente cuando digo que reaccionamos con un cerebro animal. Goleman autor de la Inteligencia Emocional lo explica fácil y sencillo. Primero se forma el cerebro reptiliano (el instinto, lo tienen los reptiles).
Millones de años después se forma el límbico, (la emoción, lo tienen los mamíferos) y una parte del mismo es la amígdala (no la de la garganta, sino ubicada en el cerebro). Estamos aquí gracias a la amígdala encargada de reaccionar con ataque o fuga cuando se acercaba un león. Hoy cuando algo nos enoja, está pataleando la amígdala. Le era muy útil al primitivo pero en las sutilezas de la vida cotidiana a veces reaccionamos desmedidamente sin pensar. Se llama secuestro emocional porque nos vemos secuestrados por la emoción. Millones de años después se forma el tercer cerebro o neocortez, racional, llamado el cerebro ejecutivo porque es el pensante, diseña la estrategia, es el que puede aplazar el impulso “Si hago esto tengo tal consecuencia”.
En el caso Tomás hay un factor agregado que es el exceso de alcohol que inhibe la actividad de la corteza prefrontal, afecta el razonamiento, el control de los impulsos y la regulación emocional. También el contagio social o rebaño, donde las personas quedan atrapadas en la emoción del momento, y cumplen con la mentalidad del rebaño sin poder pensar.
¿Qué podemos aprender? Tantas coas… Algunas sería trabajar la gestión emocional, detectar que me estoy enojando, ponerle nombre… me da bronca, siento ira, esto me enoja… Luego respirar, tomar agua o abandonar el lugar. Hablar con los hijos acerca del comportamiento de manada que impide la reflexión. Es una manera de poner un semáforo y que estén atentos si se están metiendo en una situación difícil. Lo mismo los adultos, un semáforo sería pensar situaciones que nos pueden hacer perder los estribos.
¡Gestionar las emociones es un aprendizaje!