¿Cómo saber si estás ante una rutina defensiva?
- octubre 27, 2024
- Publicado por: Consultora Monica Dreyer
- Categoría: Tendencia
Primero es esencial entender qué son. Las rutinas defensivas son comportamientos que las personas adoptan para protegerse emocionalmente ante situaciones percibidas como una crítica o amenazantes tanto en el ámbito laboral como personal y pueden llevar a tensión en el vínculo, estancamiento y dificultades de comunicación.
Las principales características son resistencia al cambio, falta de escucha, emitir juicios u opiniones contundentes (ej “la intención de tal persona es perjudicarme”), evasión de la responsabilidad (culpar en lugar de asumir la responsabilidad), reacciones defensivas (negar, descalificar, hablar sarcásticamente, confrontar). Todo esto genera una sensación horrible de parálisis.
Por ejemplo, en una reunión de equipo, Juan recibe comentarios críticos sobre problemas de comunicación en su proyecto. En lugar de considerar la retroalimentación, responde: “Eso no es verdad. Yo di todas las instrucciones necesarias. Si hubo confusión, fue porque otros no prestaron atención.”
Esta respuesta revela características de rutinas defensivas:
- Evasión de responsabilidad: Juan no acepta su parte en la confusión y culpa a otros.
- Descalificación: Minimiza la crítica.
- Defensividad: Responde con un ataque en lugar de aprender de la retroalimentación, cerrando el diálogo.
Otro ejemplo en la vida personal. Analía y su pareja, Raúl, discuten sobre la falta de tiempo juntos. Analía expresa que se siente descuidada y desea más atención. Raúl, en lugar de escuchar, responde: “Siempre te quejas de que no tengo tiempo. ¿No ves que trabajo duro para mantener nuestra casa?”
Aquí también se observan rutinas defensivas:
- Descalificación: Raúl minimiza los sentimientos de Analía al considerarlos quejas.
- Culpabilidad: culpa a Analía por su insatisfacción.
- Evasión: Cambia el enfoque hacia su sacrificio, evitando abordar la falta de tiempo juntos.
Este tipo de respuestas genera más tensión y bloquea el diálogo. Identificar las rutinas es clave para mejorar la comunicación y resolver conflictos de manera constructiva.