Mi blog
El miedo, el enojo y la culpa hablan
- septiembre 1, 2025
- Publicado por: Consultora Monica Dreyer
- Categoría: Columna semanal

En La sabiduría de las emociones, Norberto Levy nos propone dejar de ver a las emociones como enemigas y empezar a reconocerlas como aliadas. El miedo, el enojo y la culpa suelen ser las más rechazadas, pero si aprendemos a escucharlas, pueden ofrecernos valiosas lecciones.
La Dra Betty Arias, abogada mediadora y coach estará trabajando estas emociones en el próximo taller en nuestra Escuela de Liderazgo.
El miedo, en su forma sana, no es cobardía, sino un llamado a la prudencia. Nos advierte sobre un peligro y nos da la oportunidad de prepararnos o protegernos. Levy explica que el miedo surge ante la percepción de una amenaza, pero que nada es una amenaza en sí misma: sino depende de cómo lo vea cada persona y de los recursos que tenga. Por ejemplo, hablar en público puede ser paralizante para alguien mientras que otro lo vive como un desafío estimulante. Recuerdo cuando daba clases de muy joven y sentía un nudo en el estómago. ¡Hasta que aprendí oratoria! Ese era el mensaje del miedo, había que prepararse e incrementar recursos.
-Qué te asusta? ¿A qué le temes? ¿Te permites tener miedo? ¿Qué te esta diciendo ese miedo?
El enojo suele asociarse con agresión, pero en su versión constructiva señala que un límite ha sido cruzado. Es la emoción que nos impulsa a defendernos o decir “no”. La clave está en expresarlo sin violencia. Por ejemplo, si alguien se siente ignorado por su jefe en una reunión, el enojo puede darle fuerza para pedir que respeten su turno para hablar.
La culpa aparece cuando sentimos que hicimos daño o fallamos a nuestros valores. Levy distingue la culpa sana, que nos impulsa a reparar, de la tóxica, que nos encierra en la condena. Por ejemplo, si una madre grita a su hijo y luego reflexiona, puede pedir perdón y aprender a manejar mejor su enojo. Así, transforma la culpa en responsabilidad.
Levy no propone eliminar estas emociones, sino aprender a escucharlas. Bien entendidas, son señales que nos guían hacia el crecimiento.