¿Tus palabras impactan?
- noviembre 24, 2024
- Publicado por: Consultora Monica Dreyer
- Categoría: Columna semanal

“Imagina un mundo en el que, de la noche a la mañana, todas las fuentes de conocimiento que conocemos desaparecen. No hay internet, ni libros, ni escuelas. ¿Cómo te prepararías para el futuro? Si hoy perdemos acceso a la educación, perderíamos más que solo información: perderíamos nuestro futuro.”
Este puede ser el inicio de una exposición acerca de la Educación en el siglo XXI. Inicia con un recurso llamado gancho, que permite captar rápidamente la atención de la audiencia. El gancho funciona porque: Involucra a la audiencia emocionalmente, planteando un escenario hipotético que genera preocupación. Despierta la curiosidad al hacer preguntas que todos pueden relacionar con su propia vida. Crea una conexión inmediata con el tema central del discurso, que es la educación, invitando a reflexionar sobre su relevancia.
Hay personas que naturalmente tienen el don de influenciar con sus palabras. Sin embargo, todo se puede aprender. Uno de los conocidos ejemplos fue Demóstenes considerado uno de los más grandes oradores de la historia antigua. Era objeto de burlas por su constitución física, voz débil, y una dicción poco clara. Sin embargo, no se dejó vencer. Entrenaba pronunciando discursos en la playa para proyectar su voz con mayor claridad. Ponía piedras en su boca pronunciando palabras difíciles. Pasaba horas buscando claridad, ritmo y persuasión. Hoy en día superar obstáculos es más fácil. Estamos actualmente brindando un curso de oratoria en nuestra Escuela de Liderazgo (presencial y por zoom) y un participante de México decía “Pensé que un curso de oratoria era como de saco y corbata y nada que ver! ¡Se me pasó la hora volando, me saqué la timidez y expuse divirtiéndome!” “Además he ido a cursos por zoom que nadie interactúa y acá era como estar presencial en el lugar!”
Por eso, ahora es fácil aprender herramientas para perder la vergüenza, superar el pánico de escena, técnicas de inicio, gancho y remate. ¡Aprender a venderse! ¡Vender tus productos! Saber impactar y persuadir con las palabras. Imagina que, en solo unas semanas, puedas hablar con confianza. ¡Piensa en las oportunidades que se abrirían! No dejes pasar esta oportunidad de transformar tu manera de comunicarte. (Este final es una técnica de oratoria)